para que el tiempo
deje de ser,
frecuencias bimorales.
Hervir el aterrizaje
de nuestro éxodo,
desconocernos
como extranjeros.
Luego van subiendo
las luces con los nervios,
y se contradice la dirección
de la visión de mis sentidos.
Hasta lo que nunca
tuvo oposición
se contradice,
-diría un alunizado.
sin ser proveniente de galaxias ni siquiera lejanas, aproximándose a las lunas sin planeta;
su rostro se mueve desde el rojo hasta el azul, desde el norte hasta el sur;
los gritos también se mueven;
los campos y los montes también se mueven;
no se mueve allí el viento,
no son allí de agua los ríos;
son ladrillos y nubes completamente desnudas de colores;
no es allí de entrada el camino,
ni el fin comenzable de su recorrido;
quien pues lo buscaría?
sino aquel que orientado por sus acosadoras intrigas
busca la salida del lugar donde nunca entró?;
mas no recuerdas ahora el momento en el que a este mundo viniste...
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